Una pasantía de fin de estudios es el primer paso para acceder al mercado laboral. También es una oportunidad para conseguir tu primer empleo. La búsqueda de empleo suele durar entre 3 y 7 meses, así que es importante planificar con antelación y aprovechar la empresa de acogida para pasar de una pasantía a un empleo estable. A continuación, encontrarás información útil para prepararte para tu integración profesional.

Fin de prácticas, ¿cuáles son las posibilidades?

Para un becario que ve acercarse el final de sus prácticas , existen dos opciones. La primera es una oferta de trabajo de la organización anfitriona, que forma parte de la continuidad de la misión de prácticas o de la concesión de nuevas misiones. La segunda opción supone el final de las prácticas, pero sin oferta de trabajo, y en este caso el estudiante solo tendrá que lanzarse al mercado laboral. Obviamente, es recomendable no esperar al final de las prácticas para comenzar la búsqueda. Simplemente notifique a la empresa anfitriona para que le conceda tiempo libre para las entrevistas.

Al ingresar a la vida laboral, ¿cuáles son las opciones?

La incorporación al mercado laboral puede darse por cuenta propia o por iniciativa propia, pero en la mayoría de los casos implica un empleo asalariado. Esta última opción implica intercambiar habilidades y trabajo a cambio de un salario y prestaciones de la seguridad social.

El contrato de trabajo puede ser indefinido o temporal. El contrato indefinido se celebra sin límite de tiempo. Ofrece numerosas ventajas, como la estabilidad, el establecimiento de un plan de carrera dentro de la organización y una buena protección para el empleado, que no puede ser despedido sin justa causa.

Si bien el contrato temporal constituye un compromiso temporal que puede estar asociado a un aumento estacional de la actividad o a la ausencia del empleado, es posible renovarlo por un período único de hasta 18 meses. A pesar de la definición de duración limitada para este tipo de contrato, no está exento de ventajas. De hecho, al conocer de antemano el fin del compromiso, el empleado puede buscar un nuevo puesto aprovechando los contactos de la empresa y a nuevos compañeros que puedan recomendarlo. En caso de rescisión del contrato, se le paga al empleado una prima de precariedad equivalente a una décima parte del salario bruto total. Además, la finalización del contrato da derecho automáticamente al empleado a prestaciones por reincorporación al trabajo. Por otro lado, el empleado con un contrato temporal habría aprovechado esta oportunidad para probar un trabajo y adquirir nueva experiencia sin quedarse estancado. Este tipo de contrato ofrece muchas ventajas, el único problema es la precariedad del trabajo.

Además de los contratos indefinidos y de duración determinada, existe el contrato de trabajo temporal, que consiste en realizar una tarea o misión específica para la organización de acogida. En este caso, el reclutador es la empresa de trabajo temporal, que paga un salario para poner la plantilla del empleado al servicio de sus clientes. En este tipo de contrato, la duración de la asignación no puede superar los 18 meses. Por lo tanto, este contrato se caracteriza por su precariedad y la imposibilidad de progresar dentro de la organización de acogida.

Tener experiencia en el extranjero

Algunos estudiantes pueden optar por impulsar su carrera profesional con experiencia internacional. Disponen de varias opciones, como voluntariado corporativo internacional o de voluntariado administrativo internacional. Se trata de contratos de trabajo temporales para jóvenes de entre 18 y 28 años. Como alternativa, siempre es posible obtener un contrato de trabajo indefinido en el extranjero.