No es raro sentir la necesidad de tomarse un descanso durante los estudios. A veces, reina la incertidumbre sobre una elección profesional que quizás hayas tomado demasiado pronto. El programa de estudios puede ser exigente y requiere mucho trabajo y muchas horas, que a veces se suman a las horas dedicadas al trabajo. En resumen, muchos estudiantes sienten la necesidad de tomar aire fresco y tomar distancia para ver las cosas con claridad. Por eso, un año sabático suele ser bienvenido.
Sin embargo, tomarse un año sabático no es una decisión que se pueda tomar a la ligera. Es importante planificar qué harás con tu tiempo durante estas vacaciones. El año no será rentable si solo piensas en levantarte más tarde y conformarte con un trabajo en un restaurante de comida rápida. Al contrario, este año debería ser uno de los más activos de tu vida. El estudiante aún no tiene responsabilidades laborales ni familiares, y tiene mucha libertad para ampliar sus horizontes.
Algunos estudiantes aprovechan este año sabático para trabajar en el campo que seguirán al graduarse. Buscan adquirir experiencia y, al mismo tiempo, poner a prueba su motivación. Así podrán evaluar mejor si el campo es adecuado para ellos o si sería mejor cambiar de rumbo al regresar a la universidad. Claro que, como aún no se han graduado, el trabajo que tendrán no estará bien remunerado, lo que puede ayudarles a comprender la importancia de la formación para ganar un salario digno.
El año sabático también suele ser sinónimo de viaje. Es una oportunidad maravillosa, tras largas horas dedicadas al estudio, para lanzarse a la aventura y conocer el mundo. Cada vez es más fácil encontrar buenas ofertas para viajar por todo el mundo. Conocer gente nueva y conectar con realidades diferentes es una experiencia de aprendizaje que permite situarse y ayudará al estudiante en excedencia a reflexionar sobre sí mismo y a encontrar su camino para el resto de su vida.
Uno de los peligros que enfrentan los estudiantes en un año sabático, especialmente cuando viajan, es que pueden encariñarse tanto con esta libertad que ya no quieran retomar sus estudios. Esto, por supuesto, sería un error. Realizar diversos trabajos ocasionales mientras se viaja es agradable por un tiempo, pero sigue siendo esencial para completar la formación, sea cual sea. Por lo tanto, se recomienda no extender el año sabático indebidamente. Cuanto más se espere, más difícil será volver a la vida estudiantil, sobre todo porque una ausencia demasiado prolongada hace que se pierdan los reflejos de aprendizaje y los métodos de trabajo desarrollados a lo largo de los estudios.
Tomar un año sabático durante tus estudios puede no ser recomendable para todos, pero cuando te sientes cada vez más inseguro sobre tu curso o tu motivación comienza a desvanecerse, es mejor tomar un descanso para que puedas regresar más fuerte.





