Convenio obligatorio, duración limitada a 6 meses, salario mínimo: ¿las leyes francesas cada vez más restrictivas en materia de prácticas representan obstáculos a la inserción profesional o una protección contra la precariedad?
Ya sea una medida obligatoria o voluntaria para muchos estudiantes, la pasantía es hoy parte integral del currículo escolar y se ha convertido en la puerta de entrada a las empresas.
En un clima económico aún difícil, especialmente en Europa, las empresas se muestran bastante reticentes a contratar directamente a jóvenes graduados. Por ello, están recurriendo a una solución menos arriesgada: contratar becarios. Algunas empresas abusan de esta solución y contratan a un becario tras otro sin siquiera contratar a nuevos empleados. Varios testimonios describen estas situaciones de abuso, como el de un periodista en prácticas que se quedó sin trabajo .
Desde hace varios años, el gobierno ha intentado combatir esta precaria situación y se han implementado diversas medidas. En 2010, se ofreció una bonificación por la contratación de becarios para incentivar a las empresas a contratarlos, pero fracasó. En 2011, la ley Cherpion limitó la duración de las prácticas en la misma empresa a seis meses por año de docencia, y en 2013 la remuneración por gratificación, obligatoria a partir de dos meses de prácticas, se incrementó al 12,5 % del límite horario de la seguridad social, o 436,03 € el 1 de enero de 2013. Finalmente, los convenios de prácticas son obligatorios, lo que representa un verdadero reto para los jóvenes graduados que desean (re)convertirse en becarios.
Todas estas medidas legislativas tienen como objetivo proteger a los becarios del abuso y de la precariedad laboral, y garantizar mejores condiciones laborales. ¿Han disuadido a las empresas, que no abusan del sistema, de contratar becarios? Esto sigue siendo difícil de determinar, ya que los becarios no están registrados. Sin embargo, las estimaciones siguen aumentando año tras año, lo que sugiere una tendencia bastante positiva.
En conclusión, la legislación francesa puede parecer cada vez más restrictiva, tanto para las empresas como para los propios becarios. Sin embargo, estas restricciones permiten la imposición de un marco que estructura las condiciones de estos empleados aparentemente temporales.





