La elección de una profesión suele basarse en criterios muy objetivos y racionales, e incluso a veces a una edad en la que la persona aún no es lo suficientemente madura para conocer sus aspiraciones más profundas. Lo que determinó la elección inicial puede, en un momento dado, resultar bastante alejado de los objetivos más profundos, esenciales para el desarrollo de cualquier persona. Se produce entonces una ruptura y un momento de cuestionamiento que puede ser muy doloroso. Si bien la presión social a veces es muy importante y puede interferir en la reflexión, hoy en día ya no parece tan inusual querer dar un nuevo rumbo a la carrera profesional, o incluso querer cambiar de profesión. La vida es larga y la trayectoria profesional está marcada por periodos de duda, cuestionamientos y deseos de desarrollo profesional y cambios que es necesario saber tener en cuenta para plantearse un nuevo comienzo y seguir prosperando en la actividad profesional.
Motivación
Lo que te permite trabajar con calma y entusiasmo es la motivación que te da las ganas de trabajar y la satisfacción que sientes con el trabajo que realizas. Cuando esta motivación flaquea, ¡todo se complica! Puedes entonces cuestionar tu capacidad o tu voluntad para lograr el resultado, o adoptar una actitud indiferente y distante hacia tu tarea y tus objetivos, lo que contribuirá a aumentar tu malestar y puede llevarte a la enfermedad del siglo llamada burnout. Reflexionar sobre las razones subyacentes de esta desmotivación puede ayudarte a aclarar las cosas: ¿se trata de una desmotivación temporal relacionada con malas condiciones laborales (un superior o un compañero con el que tienes una relación tensa, fatiga o estrés temporal, un problema familiar que afecta tu estado de ánimo, etc.)? ¿Es un deseo de progresar en tu profesión y escapar de una rutina que te agota? ¿O es una verdadera falta de interés en tu profesión y un verdadero deseo de cambio?
Esta desmotivación laboral también puede ser la palanca de otra motivación detectada recientemente y que responde a una profunda necesidad de evolución y reajuste de una vida profesional que, según tú, no va por buen camino? Sea cual sea tu edad, saber escuchar tus intuiciones y tus deseos de cambio no siempre es sinónimo de desastre, al contrario puede permitirte estar más en armonía contigo mismo y por tanto mucho más feliz y realizado.
La evaluación de habilidades
Desde el momento en que haya tomado la decisión de detenerse y emprender un cambio radical, implemente soluciones que le ayuden y le apoyen en la gestión de este cambio mediante una evaluación de habilidades con un proveedor de servicios. Esta evaluación puede ser financiada por muchas organizaciones y le permitirá evaluar su situación profesional y, al mismo tiempo, aprovechar sus fortalezas y habilidades para avanzar hacia una nueva profesión. Esta opinión profesional externa le permitirá imaginar soluciones realistas adaptadas a su caso particular y reflexionar sobre la posible necesidad de formación para afrontar con mayor serenidad esta incertidumbre que le fascina y/o le aterra.
El proyecto de reciclaje profesional
La evaluación de competencias es el punto de partida para desarrollar tu plan de cambio de carrera. Dependiendo de la nueva trayectoria profesional que hayas elegido, puedes determinar qué te ha permitido adquirir, en tu experiencia previa, las cualidades y competencias necesarias para optar a este nuevo puesto, y validarlas mediante un documento oficial, un diploma o cualquier otra certificación necesaria para poder optar a ofertas en tu sector de actividad. Un sistema llamado Validación de Competencias Adquiridas a través de la Experiencia Profesional (VPA) te permite certificar ciertas competencias adquiridas y evitar tener que empezar desde cero. Si la nueva profesión a la que aspiras requiere competencias específicas que tu experiencia profesional no te ha permitido adquirir, puedes realizar una formación que te las proporcione y te permita afrontar este nuevo reto con mucha más tranquilidad.
Educación continua
No hay límite de edad para aprender; este podría ser el lema de la formación continua, que permite a todos aprender a lo largo de su vida. Dependiendo de la duración de la formación que desee realizar, elegirá las soluciones de financiación que mejor se adapten a su situación personal. Para la formación de larga duración, la Permiso Individual de Formación (CIF) es la mejor solución, ya que le permite recibir entre el 80 % y el 100 % de su salario anterior durante toda la formación y poder formarse con tranquilidad sin desestabilizar por completo su presupuesto ni el de su familia. Si desea emprender su propio negocio, se pueden conceder ayudas financieras regionales y nacionales para ayudarle a llevar a cabo su proyecto. No descuide el aspecto práctico, ya que esto puede poner en peligro su proyecto de reciclaje profesional.
La pasantía y la nueva profesión
Con tu certificado de validación de competencias profesionales y la garantía de una formación profesional o una ayuda económica, tendrás mucha más confianza y motivación en tu proyecto de cambio de carrera, avanzarás con mayor seguridad y resultarás más convincente ante tus interlocutores. Si la formación que acabas de completar es específica, no dudes en realizar prácticas para probar la profesión a la que te incorporas y comprobar que cumple con tus expectativas. Estas prácticas pueden realizarse a cualquier edad y te permiten afrontar el nuevo entorno profesional sin comprometerte definitivamente. Al finalizar estas primeras prácticas, sabrás si esta nueva profesión se ajusta a tus expectativas. No dudes en incluir estas prácticas en tu nuevo CV y estructurarlo para destacar tu experiencia previa, destacando las fortalezas y cualidades requeridas para la nueva profesión.





