Es bien sabido que la vida estudiantil es ajetreada y hay que encontrar tiempo para todo. Con sus apretadas agendas, los estudiantes rara vez encuentran tiempo para comer bien, y si se exceden en sus antojos, corren el riesgo de descuidar el gasto en comida. Aquí tienes algunos consejos para comer bien sin arruinarte.
Falta de tiempo: hay formas de organizarse
A veces el tiempo apremia y no hay tiempo para preparar una comida. En lugar de ir corriendo al restaurante de comida rápida cada vez que surge la necesidad, es más fácil usar lo que tengas a mano para preparar un refrigerio nutritivo y sustancioso. Una simple rebanada de pan blanco es una buena base, y se puede preparar con carne y verduras.
Por ejemplo, puedes añadir pavo y pollo, así como atún e incluso huevos duros a unas tostadas para preparar una comida rápida y nutritiva. Las verduras también son un excelente refrigerio. Si tienes poco tiempo y no puedes hervirlas, opta por verduras que se puedan comer crudas, como zanahorias, pepinos, lechuga, etc. Ten siempre a mano leche de larga duración y alimentos enlatados para emergencias.
¿No tienes tiempo para comer en casa?
A veces, nuestro horario no nos permite comer en casa. Normalmente, la cafetería ofrece buena comida a bajo precio. Pero la variedad varía según la institución, y a veces no la disfrutamos mucho. Incluso si comemos en un restaurante o en un local de comida rápida, ahorrar no debería impedirnos comer sano.
Es importante asegurarse de comer al menos una comida más sustanciosa durante el día. Un desayuno nutritivo te permitirá tomar refrigerios más ligeros a lo largo del día, especialmente si estás fuera de casa. Es fácil darse el gusto de comer una hamburguesa o un sándwich por la tarde si tienes poco tiempo. Una pieza de fruta o un yogur por la tarde suele ser suficiente para saciar el hambre sin dejar de ser nutritivo.
Aun así, puede que sea necesario comer o cenar en un establecimiento. Hay maneras de comer bien sin gastar una fortuna y a la vez siendo saludable. Es buena idea ir a una cafetería y pedir un plato con ensalada, preferiblemente, o una tortilla. En la panadería, siempre puedes comer una buena quiche o un sándwich de jamón y queso. Es mejor evitar el sándwich de jamón y mantequilla, que es un poco grasiento.
La comida rápida es, por supuesto, el lugar más popular para comer barato. Es posible encontrar comidas nutritivas allí, a pesar de su mala reputación. La mayoría ofrece ensaladas de verduras o frutas crudas. Acompañadas de zumo de fruta, pueden ser una comida perfectamente aceptable.





